11 enero, 2006

Una advertencia de Václav Havel

El pasado fin de semana el diario austriaco Die Presse publicaba un artículo de Václav Havel, el conocido y prestigioso dramaturgo y escritor que fue primero importante disidente, en los tiempos oprobiosos del Telón de Acero, y luego último presidente de Checoslovaquia y primer presidente de la República Checa. Alguien con autoridad moral y experiencia bastante para merecer atención y que se tomen en serio sus palabras.
El título (Demokratie droht zu verkümmern) se puede traducir como "La democracia amenazada de atrofia" o, más libremente, "La democracia en decadencia".
Entresaco y traduzco, un tanto libremente, sólo dos párrafos muy significativos y que ayudan a reflexionar sobre cómo es la situación y qué nos estamos jugando todos.
"La democracia europea está amenazada por otro sutil peligro. Podemos perder sin darnos cuenta, o incluso con plena voluntad, nuestras libertades ciudadanas y, en últimas, también el funcionamiento del sistema político, como consecuencia de que no seamos capaces de proseguir el permanente diálogo propio de una sociedad abierta, y de que resignadamente renunciemos a hacer valer nuestros derechos ciudadanos. Ya muy pronto podrían hacerse sitio y consolidarse estructuras políticas, económicas y mediáticas muy difícilmente vencibles, y todo ello al margen del hecho de que hacia el exterior sigan funcionando las instituciones democráticas, incluyendo la celebración de elecciones periódicas".
"El ciudadano puede verse a sí mismo y quedar reducido a mero consumidor. Bajo la influencia de la propaganda, el marketing, los reality shows y el bombardeo continuo de entretenimiento, una parte de la sociedad acepta gustosa la idea de que la política es como una oferta más en el supermercado, y las exigencia de derechos ciudadanos queda reducida a la de protección en tanto que consumidor. El precio de la gasolina o el fútbol son con mucho las noticias a las que se presta más atención. La defensa de los valores fundamentales de la democracia, sin los que posiblemente no podríamos disfrutar ni de la gasolina ni del fútbol, queda degradada a la condición de asunto extravagante. Pero una democracia que funcione no puede sobrevivir sin una sociedad ciudadana abierta, y las estructuras políticas se atrofian también sin esa ciudadanía".

1 comentario:

Anónimo dijo...

Garciamado: estoy sorprendido de tu capacidad para generar artículos en este blog. Me entretuve en el trabajo leyendo el anterior y ahora en casa, cerca de la media noche, descubro éste. Parece que la operación te ha multiplicado las energías, pero ten cuidado con tanto esfuerzo.
Los comentarios de Havel son muy lúcidos y recuerdan algun artículo de este blog y de otros pensadores actuales, aunque será difícil enderezar este camino, cada vez más marcado por las grandes corporaciones.