04 octubre, 2006

Camba

Estos días he ido a dar con un libro fantástico. Se trata de Haciendo de República, de Julio Camba (Madrid, Luca de Tena ediciones, 2006). Se recogen artículos periodísticos de esta pluma genial publicados entre 1931 y 1938. Guasa a raudales y un castellano de primera.
Como muestra, me voy a permitir enlazar dos párrafos correspondientes a dos de esas crónicas, la primera corresponde al 19 de septiembre e 1935 (pág. 51 del libro) y la segunda al 2 de octubre de 1935. Lean:

“El 14 de julio de este año me encontraba yo en Burdeos. Fui allí desde San Sebastián con unos amigos a presenciar los dos espectáculos que se anunciaban para aquel día: revolución por la mañana y corrida de toros por la tarde. ¿Necesitaré añadir que la revolución nos dejó a todos enteramente defraudados? En realidad se redujo a un desfile ordenadísimo de gentes endomingadas que pedían, es cierto, la cabeza del coronel La Rocque pero de una manera tan correcta que, verdaderamente, daban ganas de ir corriendo a buscarla para servírsela en un plato”.

“No sé qué ventolera me ha dado a mí para que cuente ahora lo que vi en Burdeos el 14 de julio, pero, habiendo hablado ya de la Revolución, me parece casi obligatorio hablar de la corrida. En honor a la verdad, debo decir que fuimos a ella con muy pocas ilusiones y que, de no haber tenido las entradas tomadas, hubiésemos preferido prolongar nuestra sobremesa en el Chateau Trompette porque, es lo que pensábamos, si en Francia no saben hacer revoluciones francesas, ¿cómo van a saber hacer corridas de toros españolas?"

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me alegro de esa elección con la que disfrutará sin duda y advertirá cómo ya, en aquellos tiempos, entendían Camba y otros muchos los hechos diferenciales (una barretina, un baile, una canción) que había en todas partes: en Cataluña respecto a España, en Barcelona respecto a Cataluña, en las Ramblas respeto a otros barrios y así continuaba... Es una lástima ahora no encontrar en los periódicos nacionales esas irónicas plumas. Andamos escasos de escritores que sorteen la plomiza corrección. Nos quedan pocos artistas como Boadella y algún que otro humorista gráfico (disculpe mi melancolía que trae causa de la edad). Diviértase y relea otras ocurrentes obras como La casa de Lúculo..., o para los jóvenes como Vd., las páginas escogidas que ha reeditado Austral.
P.D.- Y que nadie prejuzgue, con lo que ha copiado, la opinión de Camba sobre las corridas en Francia, pues tiene otras páginas gloriosas. Además de las grandes ferias y muy buenos aficionados. Aunque eso sería para otro blog, porque supongo que Vd. sea un ecologista y no me gusta entrar en esa cansina polémica.