09 febrero, 2007

Cartas de Bienvenido. I.

Desde hace algún tiempo me llegan mensajes de alguien bastante cercano al ojo del huracán, a quien no conozco personalmente y de cuya identidad tengo escasa noticia. Apenas sé de él que tiene un pasado de muy comprometido luchador por las libertades. Lo que piensa en la actualidad, lo iremos viendo.
Me voy a permitir "colgar" aquí esas reflexiones de éste que tengo por nuevo amigo. Lo llamaremos Bienvenido. Espero que el alias no le moleste.

Como el poder judicial se ha convertido en uno de los frentes más sensibles en la lucha contra el terrorismo, sigo con interés/preocupación las noticias al respecto, no siempre demasiado inteligibles.
Lo que piensa el centro-derecha de Fdez Bermejo parece claro. Pero no así lo que piensa Prisa. El editorial de hoy, 9 de febero, "No grato al PP", es favorable con serios matices. Pero al mismo tiempo en el mismo diario Julio M. Lázaro: "Un <> con malas pulgas toma las riendas de Justicia". Aunque da cal y arena, en algunas frase parece demoledor, además del título -con malas pulgas-:"Sus partidarios, y sus mucho más numerosos detractores, coinciden en este punto: <>". "Toca muy bien el piano"... Se opuso a los juicios rápidos y demandó al Michavila y perdió la demanda "No sólo eso: los juicios rápidos han venido funcionando sin problemas desde entonces". Claro que las sonrisas de ZP al El Mundo y a La Sexta pueden ser la "razón" última de los "serios matices".
Lo único en claro que saco es que la bronca va a continuar. A ver si llegamos sin más sobresaltos a las municipales y algo se aclara. Como verás por lo que sigue, algunas "opiniones" judiciales inquietan.
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El Tribunal Supremo, en la sentencia hecha pública el 7 de febrero 2007 sobre Jarrai, Haika y Segi, considera que son una organización terrorista que "persigue producir profundo temor, atacando al conjunto de la sociedad democrática y constitucional del Estado de Derecho" y que "complementa la actividad de la lucha armada de Eta." Dos magistrados han manifestado su voto particular, Andrés Martínez Arrieta y Joaquín Jiménez García.
Creo que probablemente el tal Joaquín Jiménez García sea el mismo que estuvo de magistrado en Vizcaya hace unos cuantos años. Si es él, conoce el tema de primera mano. Éste, entre otros argumentos, esgrime que "por la <> de la actividad de Jarrai, Haika y Segi no puede estimarse que éstas sean organizaciones terroristas."
El otro magistrado entiende que <>. (El País 7 febrero 2.007).
Es cierto que no utilizan armas, siempre y cuando se considere que un cocktail molotov no es un arma (algunos soldados quemados vivos dentro de los tanques no habrán pensado lo mismo), o un bidón de gasolina al que se le pega fuego en el interior de un autobús o un container incendiado. Tampoco se utilizan armas si se desatornillan las vías de un ferrocarril para provocar un descarrilamiento y dudo que un atentado de esa índole no fuera considerado acto terrorista.
En cuanto a la integración y complementariedad, en ciertas zonas de España existen bandas de Latin Kings y, sin embargo, a ellas se oponen otras bandas y los vecinos afectados por las tropelías de unos y otros los denuncian a la policía, hablan del tema con libertad ante las cámaras de TV. En el caso de las acciones cometidas por los militantes de Jarrai, Haika y Segi nadie, excepto a veces la policía, se les opone o enfrenta, y nadie de quienes han visto sus tropelías las denuncia a la policía. Unos porque están de acuerdo con ellas, pero otros ¿por miedo a las represalias de Jarria, Haika o Segi, o por miedo a que luego ETA intervenga?
Cuando se quema un autobús, si lo hiciera una banda de Latin Kings incluso el chófer y los viajeros se resistirían al intento. Pero cuando lo hace algún encapuchado de Jarrai el conductor se apea, los viajeros salen del bus precipitadamente y luego nadie ha visto nada. Y lo hacen porque saben que si se resisten o si denuncian a los agresores o dan información a la policía hay muchas probabilidades de que ETA intente asesinarles. ¿Están o no, por tanto, Jarrai, Haika y Segi integrados en ETA? Todo el mundo sabe que detrás de los Latin Kings y otras bandas del estilo están ellos y nadie más; mientras que detrás de Jarrai está ETA. El jovencito que va por la calle gritando <> o <> no va a ser increpado o zarandeado por nadie, porque, en caso de producirse un incidente, el nombre del increpador acabará en manos de ETA. Y nadie que no esté amparado por ETA va por la calle gritando <> o <>. Quizá no tengan "carnet" de ETA, pero saben a quien dirigirse para dar el nombre de quien les increpó o censuró o denunció.
¿El sindicato LAB negocia con la fuerza de sus afiliados o con la larga sombra de ETA proyectándose sobre la patronal? Es como si en la época de Al Capone se efectuara una distinción entre el que iba a la tienda a pedir dinero por "dar protección" y el que, si no se accedía, quemaba la tienda. El poder intimidatorio del primero no residía en él, sino en quien estaba detrás. Era y es la división del trabajo de una misma organización. Supongamos que en época de Al Capone la tienda a la que se trataba de chantajear y que se resistía era una carnicería, y que enfrente o a la vuelta de la esquina había otra carnicería, ésta pagando por la "protección". El incendio de la primera carnicería tenía efectos muy positivos sobre la segunda, que vería incrementada su clientela. Pagar no siempre significa perder una parte de los beneficios a manos de los extorsionadores. Hay una sinuosa línea entre ceder a la extorsión y ceder a la extorsión y recibir indirectamente, o no tan indirectamente, beneficios extra.
Pongamos otro caso, que esta segunda carnicería perteneciese a una compañía que poseía muchas tiendas que venden carne y que podía permitirse pagar a un vigilante, pero que echó sus cuentas y llegó a la conclusión contable de que entre lo que le iba a costar el vigilante y pagar la extorsión, resultaba más barato esto último. ¿Se puede juzgar al mismo nivel la cesión al chantaje de un modesto establecimiento familiar que la cesión al chantaje de una compañía con grandes medios financieros? ¿Sería exagerado considerar colaboración con banda armada el pago del llamado "impuesto revolucionario" por parte de grandes empresas cuyo cálculo ha sido estrictamente económico, es decir, que les salía más barato pagar que incrementar la protección, aunque eran bien conscientes que lo que daban iba a servir para financiar atentados mortales? ¿O pagar en vez de hacer frente al coste de los destrozos? ¿O pagar para que sus ejecutivos no tuvieran que llevar escolta? ¿Es, por parte de autoridades/funcionarios de hacienda, colaboración con banda armada aceptar en la declaración de impuestos como deducción lo pagado como "impuesto revolucionario"?
Algunos "progres" no dejan de parecerse a lo que antes se llamaba "los lacayos del capital" o del "poder establecido", que no tiene por qué ser el Estado, donde el Estado es débil. Un Estado débil o fragmentado puede ser incapaz de tomar medidas eficaces contra funcionarios pusilánimes o contra empresarios/directivos prepotentes, que se saben casi inalcanzables por la ley. En cambio una organización terrorista mínimamente eficaz puede doblegar voluntades y hacer pasar lo que es miedo o bellaquería por progresismo. Hasta un Joseba Arregi constata que "un tipo de izquierda hace tiempo que hizo mutis por el foro y ya no se dedica a criticar el poder" (El Correo, 9 feb. 2007, "El bonito mundo de Ibarretxe"). Máxime si el poder se llama ETA y sus amplios alrededores.

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