10 enero, 2008

¿Qué hacemos si ese hijo de puta es hijo nuestro?

Volvemos sobre un viejo tema de este blog. El 30 de diciembre en el periódico La Nueva España se topaba uno con este titular: “Le rompí el labio a mi madre porque no me planchó una camisa”. Vaya, piensas, a los chavales vuelve a gustarles ir planchados y arregladitos. Pero luego reparas en lo contundente de los medios que para ello llegan a emplear, algunos. Así que vamos al cuerpo de la noticia y resulta que vuelven a hablar los fiscales de menores y a contar cuántos padres llegan a pedir protección frente a sus adorables chiquitines. Coño, dice uno, por qué no se crearán también fiscales de mayores, ahora que se inventan fiscales especiales por un quítame allá esas pajas. Ya me dirá mi amigo Avelino para qué sirven los fiscales de menores, cosa que, francamente, no sé, pues siempre que nos vemos hablamos de cosas más apasionantes. Pero digo yo que si, en el fondo, es para proteger a los menores, aun a los menores más folloneros y malandrines, y, si ahora resulta que la protección la necesitan los padres, pues a inventarse los fiscales de padres.
Resulta que aumentan y aumentan las denuncias de progenitores A y B por los malos tratos que les infligen sus hijos menores. Lo del síndrome del emperador y toda esa gaita. O sea, otra dimensión de la violencia doméstica. Joder, cómo se está poniendo el domus. Hogar, dulce hogar. Para cuándo una campaña en los medios de comunicación y financiada con dineros públicos. El lema está fácil: “Vive solo/a si no quieres que te ahostien”. A ver qué dicen los obispos, jeje.
Cuentan los expertos del Principado de Asturias (cuidadín, no seremos nación, pero mira qué títulos) que debe de haber unos trescientos casos al año de amorosos hijos que curran a los papis, de los que se denuncia aproximadamente en diez por ciento. Entrañable. Diantre, sigue uno leyendo y no le llega la camisa al cuello: “en 2006 se contabilizaron en España alrededor de 6.000 denuncias, lo que significa que más de 6.000 adolescentes (vamos a ver, ¿no quedamos en que sólo se denunciaba el diez por ciento de los casos? Entonces, si hubo seis mil denuncias, habrá unos ¡sesenta mil casos!) roban, zarandean, empujan, vejan, humillan, roban (se ve que roban mucho), insultan, intimidan o amenazan a sus padres, algunos incluso de muerte. Los torturan. Si son chicas, optan más por la tortura psicológica; si son chicos, por el castigo físico”. Levanto la vista del periódico y contemplo a mi pequeña Elsa con alivio: todo lo más, me aplicará tortura psicológica, pero no me calentará los morros a leches. Uy, qué contento me pongo. Mi chiquitina.
Más adelante el periódico explica que la mayoría de los agresores anda entre los 15 y los 17 años, pero que algunos de 12 ya han empezado a probar el gancho de izquierda con su mamá. Menos mal que vienen algunos investigadores universitarios y nos hacen ver que una de las principales causas de que al puto emperador le dé el síndrome es la predisposición genética. De lo cual concluye uno que ha debido haber alguna mutación genética reciente en la especie humana, pues antes no aparecía el emperador hasta que el paisano no se casaba y, desde luego, emperadoras no se veía ninguna. Qué curiosa la naturaleza humana.
Yo no sé si todo esto va muy bien. A base de trajinar con el pobre Código Penal, de poner anuncios para los ciudadanos y las ciudadanas y de dar buena educación en la escuela (esto último no lo digo de coña en esta ocasión) vamos consiguiendo que cada vez haya menos maridos y padres de familia con el dichoso complejo de emperador. Y bien está, muy bien. Pero tapas un agujero y te sale otro. A ver si va a resultar que el emperador es célula básica de la célula básica y que no cabe familia sin alguien que dé leña. Yo ni lo creo ni lo quiero, palabra, pero verás como algún obispo nos viene por ahí. Primero se ponían violentos los maridos/padres. Vamos arreglando tal cosa y ahora se lían a golpes los niños con sus progenitores. Sólo falta que cuando solucionemos eso les cambien los genes a las señoras madres y sean ellas las que comiencen a repartir estopa por doquier.
Para mayor desconcierto, esta temporada el pacifista legislador seráfico ha cambiado el Código Civil para que sea ilegal darle al crío propio un azote en el culete cuando se pone tonto del todo. Así que tenemos lo siguiente: a) a tus hijos no puedes levantarles la mano ni tanto así, pues te la puedes cargar tú; b) estás legalmente obligado a poner la pasta para que coman, vistan, estudien, etc.; c) si no sueltas guita bastante o no les planchas la camisa a su gusto, te zumban ellos a ti o se cagan en todos tus muertos a voces; d) ellos, no tienen responsabilidad civil ni penal ni nada, tú sí; e) puedes ir al fiscal de menores, ya que no tienes uno para padres, pero corres el riesgo de que contraataque contándote sus propias cuitas familiares e invitándote a una borrachera para desahogaros juntos; f) deberíamos los que comemos de darle vueltas a la teoría del Derecho ir pensando en una nueva categoría: la impotencia jurídica, que acaece cuando, con arreglo a Derecho, hagas lo que hagas estás jodido.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Y ¿qué sabemos de esa madre? , es una madre iusnaturalista de esas idealizada , abnegada , entregada , o ¿fue ella una torturadora física y psiquica de su hijo anteriormente y le desquició? ¿no estará haciendo la prensa un juicio paralelo? ¿le presumimos la inocencia al chaval o no?
Hay que estar siempre al caso concreto.
Y ¿qué hacemos si el hijo de puta de policía que golpea riéndose a un detenido es nuestro hijo?

Anónimo dijo...

Conviene no hacer demasiado caso a la prensa: lo que salen son casos puntuales, raros, y esas 'estadísticas' no se las cree ni el que las hizo -¿por qué siempre es sólo un 10% el que hace lo que sea?-. Hay que leer mucho menos la prensa, aunque parezca mentira; y protegerse de determinados programas de la tele hasta con mascarilla. Porque mientras nos entretenemos con esa noticia, nos la meten doblada.

Anónimo dijo...

Es tremendo que los niños no nazcan con un libro de instruciones; puesto que no es así, les corresponde a los padres educar,y claro está, "hijos tiene hasta el tato", porque es para la única cosa que no se necesitan estudios de ningún tipo, y luego pasa lo que pasa, que no digo yo que los hijos de los "ilustres estudiados" esten mejor educados, lo que quiero decir es que es muy dificil decir no a muchas cosas, y cuando un niño de 5,6,7,8, años quiere hablar, pues resulta que los paderes estan muy cansados y les dejan ver la tele, la video-consola o lo que sea para que no molesten, un niño sólo no aprende, necesita referencias solidas, cariño, y que le escuchen; cuando llegan a eso que se llama la edad dificil, no preguntan porque antes no les han respondido, y no recordais, que con 15 años lo sabiasmos absolutamente todo y tus padres no tenian ni idea, pues "los musicos otros la musica la misma" pero más violenta por la falta de respeto que se percibe en todo, y por supuesto en casa, un padre o una madre no son tus amigos, y ahora somos muy dados a ser los amigos de nuestrsos hijos, que bobada es esa? o te emborrachas la 1ª vez con tus padres, haces pellas con tus padres. Menuda charla, pero me enciende tanta tontería. Educación, educación educación.

Luis dijo...

Alguien tienen una lata de conservas oxidada?? Me la voy a cortar ahora que estoy a tiempo!

Anónimo dijo...

En mi modesta opinión, el "legislador seráfico" éste lo que ha hecho es calzar su vuelta de tuerca a la ley del menor. Subir las penas, permitir que se alcancen internamientos salvajes con delitos sin tanta gravedad.

Porque este juego es tirao: ¿que sale el PP diciendo que hay que subir las penas 3? "Pues nosotros las subimos 6". Si esto es gratis, hombre. El coste económico surgirá dentro de unos tres o cuatro años, y además lo pagan las CCAA. ¿Y los menores? Pueees... ¿nos va a quitar votos que los menores estén más jodidos? ¿No? Pues ya saben ustedes.

Así que ná: reformamos todo esto para salir el viernes de machotes tras el consejo de ministros y para quitarle un argumento al contrario (que, por cierto, ya le valía al PP: ES SU PROPIA LEY la que denunciaban por blanda).

Lo más bestia de la última reforma (en especial, arts. 9 a 11 de la Ley Penal del Menor) es que prevé para el menor reincidente a una pena de SEIS AÑOS de internamiento cerrado + CINCO de libertad vigilada (es decir: 6 años de prisión + 5 de libertad condicional; la ley del menor es un mundo de eufemismos) por delitos cometidos en grupo. Esos delitos no tienen que ser homicidios, violaciones, terrorismo, etc. (esos ya llegan solitos a los ocho o incluso diez años de internamiento: art. 11.2; seguidos incluso de QUINCE AÑOS de libertad vigilada: art. 10.3). Y "en grupo" es distinto de "banda, asociación u organización": art. 9.2.c): "en grupo" es TRES CHAVALES (o sea: la regla).

Entretanto: las plazas de internamiento de menores se han multiplicado por tres, cuarto, seis... y pese a ello, en comunidades como Madrid hay "lista de espera" (¡no es coña!). Las prisiones infantiles se han privatizado (88 % de los centros en la Com. de Madrid son de gestión o titularidad privada), y están en manos de organizaciones "sinónimo de lucro"... algunas, con un jeto de cemento armado: "Fundación Grupo Norte" es la "Fundación sin ánimo de lucro" de la constructora Grupo Norte -que construye centros de menores-. Otras fundaciones forman parte de holdings que poseen empresas de seguridad (de donde salen los seguratas de los centros privados), ETTs (de donde salen los educadores, con media de contrato de 3 meses), etc.

¿Y saben cuánto cuestan esas cositas al erario público? La Comunidad de Madrid paga COMO MEDIA en su convenio marco (superada frecuentísimamente) 300 euros por menor y día (i.e. 9000 euros por menor y mes). Recibidos SIN ÁNIMO DE LUCRO, ¿eh? Que si no...

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Cuenta un meme anónimo por internet que hay una tablilla egipcia del 4000 antes de Cristo que dice que los menores ya no hacen caso, no respetan a sus mayores ni a sus dioses. Ben trovatto. En cualquier caso, de mis compañeros de clase con trece años, soy capaz de recordar los que robaban en casa (y en el colegio, con violencia o intimidación), el que le pegaba a sus padres (no es coña: diez años después, feliz copropietario de un taller de motos. Hoy, ni idea). Y es que por ahí por los ochenta andaban desbocados más caballos que hoy. Hoy las cosas no están ni la mitad de feas pero... bah, hoy es otra cosa.

Anónimo dijo...

Las erratas son las últimas que abandonan el barco.

Donde dice "con delitos sin tanta gravedad", debe decir "por delitos sin tanta gravedad".

Donde dice "QUINCE AÑOS de libertad vigilada" debe ecir "QUINCE AÑOS de inhabilitación absoluta".

Donde dice "donde dice", debe decir "debe decir".