09 febrero, 2009

Pintas

A uno se la han dado con queso un ciento de veces, y lo que te rondaré. Peco de ingenuo en mi trato con la gente y me he visto por eso en muchos líos y me han colocado trolas tremendas. Pero, como supongo que le ocurre a todo el mundo, algo va se va aprendiendo con la experiencia y las variadas lides. Por ejemplo, cada día me fío más de la pinta de la gente. No me refiero a que sean guapos o feos o a que vistan corbata o pañuelo palestino, sino a la pura fisonomía, al porte, a la manera de llevar por la vida el propio cuerpo y de perdonarnos la vida con un mirar tal que así. Ahí, después de los cuarenta, el que todavía yerra es porque quiere o porque no tiene remedio.
Vean en los periódicos de hoy las fotos del tal Correa y sus amigos. Ahora supongan que alguno de estos señores viene y le ofrece a usted un estupendo negocio o se le brinda para organizarle unos eventos muy interesantes por un módico precio. Se impondría echar a correr, sin dudarlo ni un segundo. Una disculpa cualquiera y vuelva usted el año próximo, que en este momento tengo que darle de beber al canario.
A lo mejor son inocentes, es perfectamente posible. Apliquemos las presunciones de rigor y que investigue la Justicia independiente y hasta el mismísimo PP, también independiente. Pero ante la duda, puerta. Se siente, uno no tiene por qué aplicar en su vida privada las garantías propias de las instituciones. Por si las moscas y porque dicen que la cara es el espejo del alma. Es como si se nos presenta una minifaldera espectacular, con escote asiliconado, maquillada hasta la rabadilla y girando el bolso con desparpajo, y nos cuenta que es una monja especializada en exorcismos y que, si nos apetece, por un módico precio y la camilla, nos hace uno preventivo. A lo mejor es que va de camuflaje para despistar a las fuerzas del Averno, pero si luego sale lagartona no podremos poner cara de inocentes y decir que nos fiamos de su aspecto angelical y apostólico. Pues en el caso de los enanos engominados que le crecen al PP lo mismo. Iban de empresarios ideales de la muerte y honestos a carta cabal, con esas pintas y esas mañas. Amos, anda. Quien no te cale que te compre o que ponga la mano.
Por cierto, y a propósito de exorcismos, sí que les vendría bien a los rajoyanos uno de los buenos, pero echado por el mismísimo Rouco en traje de faena, y no como se lo van a organizar cualquier día de estos, por cuenta de algún ayuntamiento y a cargo de cualquier pirolas con sotana de Armani y esclava de oro. Me refiero a la pulsera.
Si la cara es el espejo del alma, bien claro está que los partido se nos han vuelto desalmados. Si no, en otro orden de cosas y sin querer despistar ni mezclar las témporas del PP con el culo del PSOE, que me digan a quién puede engañar la jeta de Pepiño, mismamente.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues tras mucho pensarlo, yo he llegado a la conclusión de que en general la gente es imbécil o le da igual que se la cuelen (¿no es eso un sinónimo de lo anterior?), porque si no, no se explica que todavía proliferen los pájaros a los que se hace referencia en el post.

Anónimo dijo...

Todo el post está construido sobre la (piadosa) premisa mayor de acuerdo con la cual varios gañanes han engañado a unos inocentes políticos, pero me temo que....
Vaaaaaale, vale, partamos de la presunción de inocencia, pero me temo que...

Juan Antonio García Amado dijo...

Sí, Anónimo, tiene usted bastante razón. No en la intención del post, sino en afirmar que presumir inocencia en los "engañados" es mucho presumir. Lo que pasa que uno prefirió en este caso la ironía y pensó que era más contundente llamarlos tontos de baba que corruptos a palo seco. Pero posiblemente sean las dos cosas. Por eso se había deslizado en el post lo de "poner la mano". Porque, en efecto, tan, tan, tan tontos no pueden ser. Uno ya no sabe qué preferir.
Saludos cordiales.

Anónimo dijo...

Apostillo este estribillo:
"Mujer que el culo menea y los ojos mucho mece, no digo yo que lo sea, pero sí que lo parece".

Franco era mucho más barato.