09 febrero, 2013

Conocer al de casa



                Me entretuve un rato esta mañana leyendo la página que El Mundo dedica a las cuitas de los amigos de la Casa Real a propósito de la infanta Cristina y de sus desventuras matrimoniales. ¿Desventuras matrimoniales? ¿Cuáles? Pues que ahora sabemos todos lo que antes se supone que solo conocían ella y los de la familia: que su marido es amigo de lo ajeno o gustaba de ganarse la vida con más atajos que trabajos. Se hacen cábalas sobre por qué no se separó a tiempo del inefable Iñaqui y si no será tarde ya para salvar su culo de ella y su lugar en el orden sucesorio. Son unos ejercicios de hipocresía verdaderamente sobrecogedores, casi irreales.
                O sea, tú eres la esposa de un pícaro que se da a estafas y triquiñuelas y a variadas corrupciones para enriquecerse y tú lo sabes, ya que a ver, si no, de dónde saca para comprarse y compraros palacetes y para permitirse la gran vidorra, incluso a veces con tu firma en algún papelín, pero cuando a él lo trincan con las manos en la masa, tú te haces la loca y por Dios, por Dios, nunca pude sospechar que me había casado con un haragán de primera. ¿Qué golfería es esta?
                Lo que se sabe en el arrabal no se ignora en la Casa Real. Ese podría ser un buen lema para empezar a entendernos y dejarnos de poner mohines. Búsquese el barrio más decadente, el portal más empobrecido, la familia más atosigada por los hados y los golpes de la vida e imaginemos que de pronto el cuñado de este o el yerno de la otra o el marido de una misma empieza a conducir un Ferrari nuevecito del paquete, que va comprando mansiones y dejando en los bares propinas que emboban a los camareros y que durante el cocido de los domingos cuenta que es que le ha salido un puesto muy bueno en la mercería de la esquina o que le han hecho un anticipo por la novela autobiográfica que piensa escribir. No cuela, ni de broma. Oscilarán las opiniones entre que se ha dado a la venta de droga dura o al tráfico de blancas o que ha atracado un banco o asesinado a un par de viejas millonarias y algo francesas. Pero que sea un honesto trabajador enriquecido con los sudores de su frente no se lo cree ni uno, ni el más tonto de la familia o el más ingenuo del vecindario.
                Así que en la Zarzuela y sus aledaños tampoco pudo pensarlo nadie. Y cuando se dice nadie, es nadie. Por cierto, no sé para dónde diantre miraban los sucesivos presidentes del Gobierno de la nación ni para qué nos valen aquí los servicios secretos del Estado. Será para guardarle los secretos al Estado, no digo que no, visto lo visto. ¿O es que a todo el mundo, desde el gran suegro hasta el subsecretario más infame del ministerio más ruinoso, consideraba que qué menos y que cómo no iba el prenda a montárselo por la cara y a emular al Dioni en versión ducal y olímpica, aseada e insular?
                Nadie se escandaliza, que se sepa, cuando se está forrando el yernísimo al que no se le conocía otro oficio desde que dejó el balonmano, y que no nos digan que no se comentaría en los corrillos de la jet cómo iba de despacho autonómico en despacho municipal solicitando mordidas y entregas a fondo perdido o vendiendo papeletas para el sorteo de un chancho, a trescientos mil euros el boleto y, encima, el cerdo era de peluche y ni ibérico siquiera. No, el susto aparece con los indicios de que jueces que van por libre y periodistas aún no vendidos y alguna sección policial especializada y que se toma independencia empiezan a hacerse preguntas y a atar cabos y cuando, de propina, está a punto de ser procesado algún político de los que daban y recibían y vaya usted a saber qué papeles saldrán ahí y si no habremos dejado restos, pelos y huellas. En suma, que no llegó la preocupación cuando se enteraron ellos, realezas de la Zarzuela y simplezas de la Moncloa, sino cuando se dieron cuenta de que íbamos a enterarnos nosotros.
                Y entonces que por qué su señora, Cristina, no lo dejó a tiempo para librarse de las salpicaduras y para poder fingirse for ever inocente y medio virgen y todo. Que quede por tonta de remate o por maruja inimputable no importa, por lo que se ve. Ella no reparó en que entraba dinero a espuertas y en que por el trabajo de su chico no podía ser porque su chico propiamente no trabajaba ni están así los salarios de los currantes, pero cuando le contaron que era del puro trinque, se le tenía que haber pasado el amor y debió volver a casa de papá, donde se sabe de siempre que no hay negocios turbios y que cada duro es transparente y se declara. Eso tenía que haber hecho, al parecer, según los muy honrados consejeros y quienes velan por el lustre de nuestra monarquía. Porque ya no es problema que de yerno estafara si se convierte en ex y deja de ir por casa a tomarse el chupito de ouzo con la suegra. Las responsabilidades de la familia pasan tan raudas como la gloria de los hijos políticos, visto y no visto.
                Que sí, que el amor es ciego y que nadie está libre de obcecarse una noche con lo menos recomendable de la villa, que hay épocas en que te obnubila el sexo o se te nubla el seso, le puede pasar a cualquiera. Pero ajo y agua. Que apechugue la Cristina y que siga con su Iñaqui y que se pasen las noches en blanco pensando si pondrán una panadería ahora o si será mejor un bar de tapas y que vaya lío los cuatro hijos en el instituto con la plebe. Pero a nosotros que no nos la metan doblada y haciéndose la ajena o la ofendida; o la divorciada. A estas alturas. Uno con una y para siempre, hasta que la muerte los separe. O la cárcel.

2 comentarios:

IuRiSPRuDeNT dijo...

Como ciudadano estoy perdido. Algo no encaja. No puede ser. Me niego a creer que algo comienza a funcionar...
El juez x actuando... la fiscalios lialo todo actuando en tal caso... España al revés.
No puede ser. Algo gordo se está gestando. Me pierdo. Me confundo. No puedo permitirme el lujo de ser ingenuo por enésima vez...

No puedo asimilar que existan profesionales de libro, ingenuos. Estos rayos de sol esporádicos me ciegan. Esto es muy fuerte.
Uff que todo vuelva a la normalidad..

Carmen dijo...


Le piden 1 año y 3 meses de cárcel.
http://canarias-semanal.org/not/807/_por_que_te_callas_ahora__le_pregunta_un_coronel_del_ejercito_al_rey

Un cordial saludo.